En exactamente una semana el comercio internacional podría sentir un nuevo problema global, por eso la Organización Mundial del Comercio e incluso la unidad de bienes de la Ocde tiene previsto un monitoreo constante a la cadena de suministro. La razón: el próximo primero de octubre los principales operadores y trabajadores de los puertos de la costa este de EE.UU. y el Golfo entrarán a una huelga.
La Asociación Internacional de Estibadores, que representa a los trabajadores de los puertos de la Costa Este y la Costa del Golfo, advierte que sus miembros irán a la huelga si no consiguen un acuerdo laboral antes de que finalice su actual contrato el 30 de septiembre.
El sindicato busca un aumento salarial de 77% en seis años, y las empresas de los puertos aún no llegan a un acuerdo; algo que afectaría a los principales puertos, como los de Nueva York, Nueva Jersey, Savannah (Georgia), Norfolk (Virginia) y Houston.
Efecto mundial
La asociación sindical representa a más de 45.000 trabajadores de 12 puertos en EE.UU., por eso significaría entre 70% y 80% del colapso de las operaciones comerciales.
Javier Díaz, presidente de Analdex, explicó que incluso Colombia sería solo uno de los países que tendrían unas consecuencias. “Claro que nos impacta, porque la mayoría de nuestras exportaciones van dirigidas a la costa este de los Estados Unidos”.
En cuanto a las repercusiones económicas más generales para los estadounidenses, el retraso acumulado por una huelga de una semana tardaría al menos otras cuatro semanas en resolverse y supondría un impacto de entre US$4.500 y US$7.500 millones, según Grace Zwemmer, de Oxford Economics. Zwemmer espera que el retraso se recupere una vez que se resuelva la huelga y los puertos procesen los atrasos.
Sin consenso
Las dos partes siguen muy enfrentadas. El sindicato que exige incluso en algunos casos hasta un aumento cercano a 80% en seis años, se justifica en que los trabajadores merecen una parte de los beneficios obtenidos por los transportistas de contenedores de propiedad extranjera durante la pandemia.
Harold Daggett, líder de la Asociación Internacional de Estibadores, declaró que “un gigante dormido está listo para rugir el martes primero de octubre de 2024 si no se firma un nuevo Contrato Marco”.
Los operadores de las terminales y los transportistas marítimos, representados por la Alianza Marítima de Estados Unidos (Usmx), afirmaron en agosto que su oferta incluía un aumento salarial “líder en el sector”, cercano a 32% que obtuvieron los trabajadores de la costa oeste el verano pasado.
Pero hay otro asunto aún más delicado en juego. Daggett exige un lenguaje más restrictivo en materia de automatización, alegando que ciertas empresas utilizan tecnología que vulnera el contrato actual.
Usmx mantiene el lenguaje sobre tecnología que figura en el contrato actual, lo que sus miembros consideran una concesión en un contexto global en el que la automatización se utiliza ampliamente en las instalaciones más grandes del mundo, incluidas las de China, Países Bajos y Emiratos Árabes Unidos.
La amenaza de los trabajadores de los puertos ha espoleado una afluencia más temprana de lo habitual de mercancías de temporada navideña a las terminales de todo el país.
En agosto, los importadores estadounidenses trajeron casi 2,4 millones de contenedores, medidos en unidades equivalentes a 20 pies, casi 21% más que en la misma época del año pasado y el nivel mensual más alto desde los picos de la pandemia en mayo de 2022, según el Global Port Tracker de la Federación Nacional de Minoristas.
Los puertos de la costa oeste, que perdieron una gran parte del comercio de importación durante un largo periodo de congestión en la pandemia de covid-19, están recuperando carga. En junio y julio, los puertos de la costa oeste gestionaron 61% de las importaciones procedentes de Asia, la mayor cuota de ese mercado desde octubre de 2021, según la empresa de datos de transporte Xeneta.
Los dos grandes puertos de California, Los Ángeles y Long Beach, vieron aumentar su volumen combinado de contenedores entrantes un 47,4% en julio respecto al mismo mes del año pasado y otro 3,1% de julio a agosto, hasta los 966.231 contenedores, medidos en unidades equivalentes de 20 pies, su nivel más alto desde mayo de 2021.
El sindicato, que aspira a un aumento salarial mínimo de 77% en seis años, y la patronal portuaria aún no se han reunido en la mesa de negociación y no hay negociaciones programadas. Además, una huelga supondría un duro golpe para la economía estadounidense a pocas semanas de las elecciones presidenciales, lo que dejaría al gobierno de Joe Biden, favorable a los trabajadores, en una difícil situación política.
El presidente podría invocar una ley federal para obligar a los estibadores a volver al trabajo, pero un funcionario de la administración dijo que Biden no está “considerando hacerlo ahora” La amenaza de los estibadores ha estimulado una afluencia más temprana de lo habitual de mercancías de temporada navideña a los puertos de todo el país.
Los importadores estadounidenses trajeron en agosto casi 2,4 millones de contenedores, medidos en unidades equivalentes a 20 pies, casi un 21% más que en la misma época del año pasado y el nivel mensual más alto desde los picos de la pandemia en mayo de 2022, según el Global Port Tracker de la Federación Nacional de Minoristas.
Preocupación entre productores del agro y el sector automotriz
“Los terneros y los cerdos siguen creciendo”, dice Peter Friedmann, director ejecutivo de la Coalición de Transporte Agrícola. “Los productos congelados pueden almacenarse en cámaras frigoríficas, pero éstas se llenan rápidamente”, y cuando esto ocurre, los ganaderos se ven obligados a vender sus productos en el mercado nacional, lo que hace que los precios caigan en picado.
Al mismo tiempo, un cierre de la operación comercial de EE.UU. por el este le significará un retraso a los inventarios de carros que llegan de Europa.